La agricultura apuesta por el valor añadido de la IV Gama

Las verduras y frutas pre-cortadas, listas para servir, se han convertido en tendencia desde hace algunos años, siendo parte de la solución en la vida cotidiana de muchos de los consumidores que disponen de poco tiempo para almorzar. El lanzamiento de este tipo de productos coincidió con un momento en el que el sector agrícola tuvo que agregar mayor valor a sus productos a través de la innovación, con objeto de no quedarse fuera de los actuales ritmos de vida de los consumidores y enfocándose en satisfacer esas nuevas necesidades que cambiaron en tan poco tiempo.

En los últimos 10 años, el sector ha dado un salto en exportación, paradójicamente coincidiendo con la gran crisis que ha sufrido el país, hasta el punto que las ventas fuera de nuestras fronteras han crecido en cifras cercanas a los dos dígitos de media anual, lo que ha permitido la consolidación del sector como el tercero exportador de nuestro país.

Si lo comparamos con su homólogo en otros países, nos encontramos con España liderando las exportaciones de aceite de oliva, a nivel mundial, así como en la tercera posición en Europa en cuanto a la exportación de productos hortofrutícolas. No cabe duda de que son unos datos excelentes, pero converge un problema: la mayoría de nuestras exportaciones son a granel, en las que se compite sólo en volumen y en precio. Esto se ha visto más agudizado en los años de crisis, donde ha habido fuertes presiones para ajustar los precios y se ha hecho un gran esfuerzo en este sentido, lo que ha llevado a una mayor eficiencia en los procesos, sin perjudicar la calidad de los productos finales. Llegados a este punto, ha sido necesario aprovechar nuestro liderazgo en este tipo de géneros y posicionar más marcas en categorías de productos como la IV Gama para que las marcas sean más respetadas, para lo que ha sido necesario un gran esfuerzo en innovación de producto, comercialización y marketing, con objeto de posicionarse en el mercado internacional y agregar valor a la cadena.

Podemos ver las dos caras de la moneda con los siguientes ejemplos: empresas como Cooperativa La Palma, que vende sus tomates cherry bajo su marca propia por todo el mundo o Primaflor, que produce y exporta ensaladas IV Gama. Empresas como estas, han logrado salir de los bajos márgenes de las ventas a granel, asumiendo mayores costes, pero obteniendo rentabilidades superiores a las conseguidas en años anteriores.

Y es que, la comercialización de hortalizas y frutas de cuarta gama o pre-cortadas, productos frescos, limpios, troceados y envasados para su consumo, es una tendencia que ha tenido un crecimiento significativo, principalmente, en los países del primer mundo. Estos productos responden al nuevo perfil de un consumidor que no dispone de mucho tiempo, pero desea acceder a alimentos saludables.

En estas líneas de trabajo, Sigma Biotech ya cuenta con experiencia en el desarrollo de combinaciones de hortalizas y frutas que dan lugar a platos preparados de IV Gama, listos para su consumo y corrigiendo todos los inconvenientes que pueden presentarse como: el rápido deterioro oxidativo al ser cortados los tejidos o la duración diferenciada de los productos que se venden de manera conjunta. De este modo, se facilita y acorta el proceso de introducción de estos nuevos productos para nuestros clientes.

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