El huevo es uno de los alimentos más consumidos a diario en todo el mundo, estimándose actualmente un consumo de casi 100 millones de toneladas anuales. Se trata pues de un Bien de Gran Consumo, habitual en nuestra cesta de la compra y que puede consumirse de formas tan variopintas como en tortilla, pasado por agua o frito, en un desayuno proteínico, complementando un almuerzo o como suplemento energético para entrenar.
España es uno de los tres principales exportadores de huevos de la Unión Europea y uno de los centros de referencia en la investigación y desarrollo de este alimento, al que muchos olvidan entre los ‘súper alimentos’, pero que nada tiene que envidiar a las referencias que se categorizan en este grupo. Nuestro país tiene casi tantas gallinas ponedoras como habitantes – unos 40 millones –, el 10% del total de toda la Unión Europea, conformando un sector que factura casi 1.000 millones de euros, el 6% de la facturación del sector ganadero. Nuestro país acoge grandes empresas en el sector avícola y marcas tan reconocidas como Granja Campomayor, compañía lucense que trabaja desde los años 40, actualmente situada en Palas de Rei y actual cliente de Sigma Biotech.
La tercera y cuarta generación familiar de Campomayor han profesionalizado un negocio con más de 50 trabajadores en plantilla y una facturación de 16 millones de euros, gracias en parte a su apuesta continua por el desarrollo de nuevos productos y formas de consumo de la materia prima que comercializan. Con este desarrollo, la compañía ha levantado el vuelo en los últimos años.
Hoy tenemos el placer de charlar en www.sigmabiotech.es con Rodrigo García, Director Comercial de Granja Campomayor y principal exponente del cambio de tendencia y rumbo que está sufriendo la marca.
-Rodrigo, muchas gracias en primer lugar por atender a Sigma Biotech. Como indica el eslogan de su marca, ‘Orgullosos del origen’, imaginamos que ser partícipe del cambio generacional en su compañía es motivo de orgullo, pero a la vez una grandísima responsabilidad. Cuéntenos brevemente cómo ha sido la historia de Granja Campomayor hasta lograr una empresa totalmente profesionalizada y con una imagen de marca consolidada.
Nuestros inicios se remontan a 1945. Comenzamos con una granja familiar con 300 gallinas. En los años 90 formamos parte de un gran grupo de seis grandes productores y empezamos a vender en las grandes cadenas de distribución. Posteriormente, cambiamos nuestras instalaciones para adaptarlas a la Normativa Europea de Bienestar Animal y nos trasladamos a la nueva sede. En 2015 inauguramos la primera planta de huevo pasteurizado de Galicia. En la actualidad estamos volcados en proyectos de I+D+i que revolucionarán el mercado pero nuestros valores siguen siendo los mismos que el primer día.
-¿Con qué capacidad productiva cuenta hoy la compañía y cuál es el margen con el que aún puede trabajar con estas instalaciones?
Actualmente contamos con 600.000 gallinas, pero tenemos entre nuestros proyectos establecer nuevas granjas, principalmente de gallinas camperas – unas 130.000 – y ecológicas, lo que supondría un incremento considerable en estos tipos de producción.
-¿Producir un huevo lleva aparejado el mismo proceso productivo y los mismos costes en cualquier granja de España? ¿De qué depende la calidad del producto y, por ende, el precio final a pagar por el consumidor?
El proceso de producción se rige por una estricta normativa europea que estandariza los procesos, pero nosotros lo hacemos con gran dedicación y respeto; para nosotros es de suma importancia cuidar al máximo nuestras gallinas en todas sus etapas velando por una vida digna para cada una de ellas. En lo referente a los costes desde luego que no, nosotros le damos a nuestras gallinas la alimentación de un deportista de élite consiguiendo con ello unos huevos inmejorables. La alimentación y la renovación continúa de naves e instalaciones, suponen unos costes que no tienen otras empresas que no prestan atención a estos detalles. Al final, pagas un poco más pero sabes que el producto será mucho mejor.
-¿Qué supuso para ustedes la inauguración en 2015 de la planta de pasteurización más moderna de España?
La creación de la primera planta de pasteurización de huevo de Galicia y la más moderna de España, nos supuso un salto cuantitativo y cualitativo. Son productos especialmente orientados a la industria hostelera pero también, y cada vez más, al consumidor final. Nos diferenciamos del resto de plantas de pasteurización en la gran calidad de nuestro producto y la ausencia de conservantes. La alimentación de nuestras gallinas es excelente y la materia prima que usamos es siempre propia, permitiendo poner en el mercado un producto de altísima calidad y con fecha de caducidad más larga que el ‘huevo cáscara’ tradicional.
-¿Ha sido una revolución pasar de recoger el huevo a mano a hacerlo de forma automatizada?
Las máquinas clasificadoras de huevo han mejorado mucho en los últimos años, por lo que a día de hoy somos mucho más productivos y competitivos gracias a los avances tecnológicos. Desde las primeras clasificadoras de huevos, que catalogaban 6.000 huevos cada hora, a la que tenemos ahora, que clasifica más de 120.000 huevos por hora. Es un salto enorme.
-Actualmente, el porfolio de productos es bastante amplio, incorporando además nuevas referencias como las claras y yemas pasteurizadas líquidas o el huevo ya cocido y pelado. ¿Ha sido necesaria la diversificación para seguir creciendo en el sector? ¿Qué porcentaje de ventas suponen estas categorías innovadoras?
Tenemos una amplia gama de productos porque es lo que está solicitando el mercado. Creemos que la diversificación es importante, ponerle al consumidor las cosas más fáciles a la hora de realizar su trabajo pero sin perder la calidad y la esencia en nuestros productos. El porcentaje de ventas del pasteurizado y los ovoproductos ya supone algo más un 10% de nuestra facturación.
-El huevo es un producto bastante estándar. ¿En qué radica esa diferenciación entre los huevos de Granja Campomayor con el resto de competidores?
Nuestros productos son los mejores del mercado. Desde Granja Campomayor simplemente pedimos que la gente los pruebe y compare. Nuestro secreto es la alimentación de las gallinas, que siguen una dieta basada en cereales y leguminosas, principalmente maíz y trigo.
-¿Qué ha supuesto para la marca la concesión del sello Galicia Calidade a nivel de imagen?
Ha sido un reconocimiento al buen hacer que nos identifica como marca desde nuestros inicios. Para Granja Campomayor es todo un honor contar con esta distinción, constatada periódicamente mediante diversos controles de calidad. Desde luego nos otorga mayor visibilidad en el mercado.
-Según datos del Instituto del Huevo, España está entre los países de la UE (con Holanda y Polonia) que más huevos producen, más de lo que consume. ¿Por qué comercializan sus productos únicamente a nivel nacional? ¿Un objetivo a medio plazo es la exportación?
En la actualidad estamos centrados en la venta nacional y en ofrecer la máxima calidad y frescura del producto a nuestros clientes, aunque estamos exportando un poco de huevo líquido a Portugal. En el futuro, con la nueva gama de productos en el mercado sí que empezaremos a vender en Europa.
-¿Cuáles son las próximas metas comerciales de la compañía?
Nuestra meta a corto plazo es lanzar al mercado y conseguir acceder, tanto en hogares como en restauración, con una nueva gama de productos innovadores relacionados con el huevo hidrolizado. Son productos que aún no existen en el mercado y que consideramos básicos en la alimentación del futuro. También estamos ofreciendo un huevo cocinado a baja temperatura que el consumidor sólo tiene que regenerar térmicamente y estará listo para comerlo. Un producto con un sabor y una textura inimitables.
-La entrada en la alta cocina a través del huevo elaborado a baja temperatura ha sido una auténtica revolución para el sector y, suponemos, un empujón importante para la marca. ¿Qué repercusión ha tenido la reseña que hizo Ferran Adriá sobre el producto?
Desde Granja Campomayor apostamos muy fuerte por la calidad y la innovación en nuestros productos y creemos que ha sido lo que ha conquistado al siempre exigente Ferran Adriá. El huevo a baja a temperatura hasta este momento se cocinaba en el momento de la elaboración, conseguir un huevo de esas características ya cocinado y listo para comer es toda una revolución tanto para hostelería como para el consumidor final.
-¿Por qué a pesar de un superalimento, parece que se le da mas repercusión a otro tipo de productos como nuevas semillas o algas que al propio huevo?
Creo que en la actualidad ha mejorado muchísimo el conocimiento general sobre los alimentos que consumimos, nos gusta saber de dónde proceden, cómo son cuidadas las gallinas, o qué tipo de condimentos y conservantes llevan. Es cierto que hay productos emergentes de otros mercados, pero también que el huevo nunca se ha ido y hoy en día hay variedades para todos gustos.
-¿El estrés que sufre la gallina se puede reflejar posteriormente en el huevo?
Por supuesto. La gallina es un animal muy cómodo y no le gustan los cambios. Creemos que si la gallina está cómoda, el huevo será mucho mejor, como así se demuestra. En Granja Campomayor contamos con las mejores instalaciones para ello.
-¿Considera fundamental la apuesta en I+D como forma sostenible de crecimiento para la compañía? ¿Cómo valora la participación de empresas como Sigma Biotech en el desarrollo de nuevos productos, como complemento a tareas de innovación interna?
Es fundamental la apuesta por el I+D+i para posicionar a la empresa en el mercado. Lo que tenemos claro en Granja Campomayor es que el huevo lo tiene aún todo por explorar y nosotros vamos intentar marcar un antes y un después en este sector. Empresas como Sigma Biotech son fundamentales para poder hacer un buen desarrollo del producto. Gracias a Sigma Biotech hemos sido capaces de avanzar mucho en muy poco tiempo. Sin duda es un aspecto esencial en nuestros planes de futuro.
-Por su experiencia y trayectoria profesional, ¿hacia dónde cree que se dirige el futuro del sector?
Creo que el futuro y el presente del sector es seguir fomentando en bienestar animal y la mejora continua en la calidad y seguridad alimentaria. Pero si el futuro es sinónimo de algo, creo que será de innovación y ahí es donde Granja Campomayor debe ser pionera y líder en un sector que sufrirá una metamorfosis en los próximos años.
Muchas gracias por su colaboración.