Hace unos años, era impensable ligar las palabras congelado y artesanal y que pudieran ir de la mano, pero a día de hoy, cada vez son más las panaderías y/o pastelerías que su bollería no se elabora durante esa misma madrugada. Pero en muy pocas ocasiones vamos a poder saberlo, o comprobarlo, debido a la alta calidad de los productos elaborados en la actualidad.
Y es que, hoy en día, en casi cualquier establecimiento se vende bollería o pan con mejores precios (que no menor calidad) de los que podemos encontrar en las tiendas tradicionales. Esto ha hecho que las panaderías y las pastelerías artesanas se vean afectadas a la hora de innovar o comercializar sus productos ya existentes.
En nuestro país, y dentro del mundo de la panadería y bollería, existe una feroz competencia, lo que ha obligado a las panaderías a optar entre la dedicación en tiempo y dinero a la sección de pan y pasteles o a la bollería. No debemos pensar que porque un producto sea congelado es de baja calidad, sino que se obtendrá una calidad mayor o menor en el producto según los ingredientes que lo compongan.
Gracias a esto y a su proceso de congelación, podemos disfrutar de estos productos siempre como si estuviesen recién hechos.
s, lo que permite a diferentes establecimientos tener una gran selección tanto de bollería congelada salada como dulce. Esto, junto con el valor añadido de que se puede ofrecer a los clientes recién hecho en cuestión de minutos, son las razones principales por las que cada día más establecimientos como restaurantes, hoteles o bares, apuestan por ella.
Estos productos, que ya están al alcance de todos, han cambiado la percepción que tenemos de la bollería artesanal, siendo una categoría alimenticia muy innovadora y en donde los principales fabricantes destinan mayor cantidad de recursos para satisfacer la demanda de los consumidores finales.