Todos los padres que tengan hijos saben lo difícil que es cuidarlos y verlos crecer, pero, incluso en pleno siglo XXI, los padres con hijos celiacos o con alguna otra intolerancia tienen muchas más dificultades que el resto
La semana pasada se celebró el Día Internacional del Celiaco, por lo que, a través de este post, vamos a hacerles un pequeño “homenaje” a esos padres que sean o no celiacos tienen hijos con esta intolerancia. Después de tener un hijo, esperar y superar todas las pruebas necesarias para su diagnóstico, les quedan muchas más batallas por superar. No solo se enfrentan a que los productos sin gluten son casi el 400% más caro que los productos con gluten (Comparación de harina de trigo con harina de garbanzo, marca de supermercado), sino que también debemos tener en cuenta que cuando se sale a comer a un restaurante, por ejemplo, supone un problema que muchas personas incluso prefieren evitar, dando pie al aislamiento social.
Muchos restaurantes no están formados ni cualificados para poder servir a una persona celiaca, debido a que aún no disponen de formaciones por parte de asociaciones o personas cualificadas acerca de la cadena de preparación del alimento y de la contaminación a la que puede estar expuesta el plato, aunque afortunadamente, la mayoría ya sí que cuentan con sus cartas de alérgenos e intolerancias.
Y es que esta grave intolerancia, por lo extendido que se encuentra el gluten en la mayoría de productos habituales, supone un gran hándicap para esas personas, lo que les provoca permanentes dolores en el intestino delgado e incluso causarles enfermedades graves en el tiempo. Por tanto, se necesita que estos no tan pequeños colectivos, tengan un poco más de visibilidad en el sector, puesto que no se trata de una elección de vida sino un obstáculo que salvar.