Uno de los temas más comentados en las últimas semanas, tanto en la industria alimentaria como por los propios consumidores, ha sido la alarma creada en cuanto al uso del aceite de palma en muchos de los alimentos que consumimos cada día.
Ésta se debe a dos razones principales; en primer lugar, nutritivamente, el aceite de palma no es muy recomendable, debido a la gran cantidad de grasas saturadas que contiene y, en segundo, el problema social que supone por estar talándose selvas de alto valor ecológico para cultivar palma, así como las condiciones laborales de los trabajadores en dichos países productores.
Por todo ello, Sigma Biotech trabaja ya con las empresas del sector alimentario en la eliminación del aceite de palma en determinadas referencias alimentarias, manteniendo intactas las características fisicoquímicas y organolépticas de los mismos y desarrollando productos de alta calidad nutricional, al no incorporar grasas tampoco hidrogenadas para la estandarización tecnológica.
En esta línea, algunas cadenas de distribución alimentaria, están empezando a llevar a cabo acciones con sus proveedores para la eliminación de este ingrediente en determinados -como la que emprendió en primer lugar SuperSano, una cadena de supermercados de alimentos ecológicos, que en octubre de 2016 anunció la retirada de sus lineales de referencias que contuvieran aceite de palma y, aunque sufrieron un ligero descenso de las ventas en primera instancia, a partir de Navidad éstas volvieron a incrementarse, estando actualmente casi en un 20% más en comparación con el mismo mes del año anterior-. Esto es debido a que, aunque algunos consumidores dejaron de acudir por la retirada de productos con aceite de palma, ya que no encontraban allí sus referencias habituales de consumo, finalmente volvieron debido a que los proveedores han comenzaron a fabricar estos mismos productos con otro tipo de grasas, captando simultáneamente nuevos clientes, gracias a dicha iniciativa.
Poco después, otras grandes cadenas como Alcampo también han optado por tomar esta medida, decidiendo eliminar el aceite de palma de todos los productos de fabricación propia, en los próximos meses. Las últimas noticias hablan de que cadenas como Mercadona, DIA, Eroski Hipercor o Lidl se sumarán en breve a esta tendencia, por lo que sus proveedores e interproveedores deberán adaptarse a esta nueva filosofía para mantener determinados productos en los estantes.
Entonces, ¿por qué se sigue usando esta grasa en los alimentos? Principalmente por las características tecnológicas que aporta a los productos alimentarios:
- Es sólido a temperatura ambiente, tiene textura untuosa y ausencia de olor. Esto le permite ser sustituto en muchos productos procesados de la mantequilla o las grasas hidrogenadas.
- Es muy resistente a la oxidación, de modo que no se enrancia fácilmente, lo que incide positivamente en la vida útil de los alimentos que lo contienen.
- Soporta bien los tratamientos térmicos, por lo que puede ser utilizado en alimentos procesados que necesitan altas temperaturas.
Además, la palma aceitera es un cultivo de alto rendimiento, ya que la cantidad de aceite producido por hectárea es hasta 10 veces superior a otros cultivos, como la soja y la colza.